RETORNOS / Eddie Martínez

INAUGURACIÓN:

TEXTO DE SALA

Eddie Martínez

La importancia de la obra plástica de Eddie Martínez está pendiente de una adecuada valoración en Oaxaca y México. Con una potencia tan significativa como la de sus contemporáneos Maximino Javier o Filemón Santiago, la producción pictórica y gráfica de Eddie Martínez está pendiente de ser reunida en una gran exposición retrospectiva en espacios como el Museo de los Pintores Oaxaqueños o el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca.

Entregado a su oficio creativo, este hombre reservado no suele figurar en el escenario del arte mexicano más que por medio de sus pinturas y grabados. Sin embargo, es uno de los creadores plásticos más significativos de su entorno gracias a la calidad de su dibujo, la contundencia de sus composiciones y el dominio de las técnicas pictóricas que demuestra una y otra vez en su producción pictórica.

Entre los muchos ejemplos de arte onírico que surgen en Oaxaca, el de Eddie Martínez se singulariza por sus nítidas alusiones a la experiencia cotidiana, que dan a sus escenas una cotidianidad que conecta con los sueños compartidos por la sociedad. Evocando sueños personalísimos, el pintor logra conectarse con el imaginario popular mediante la representación de símbolos que comparte ampliamente la población mexicana.

Dos temas recurrentes subrayan el estilo personal de Eddie Martínez en sus creaciones: la evocación de la imagen femenina que domina sus cuadros, ocupando el primer plano o los espacios preferentes de sus obras. El misterio de la mujer es una constante en cada lienzo del artista, configurando en su imaginario un enigma que siempre está a punto de develarse pero que se mantiene en una zona mistérica de intrigante fascinación para quien recorre sus pinturas y grabados.

La experiencia de la cultura ikoots de Eddie Martínez, nacido en San Francisco del Mar, Oaxaca, en 1963, es asimismo un referente fundamental, si bien sutilísimo, en sus imágenes pintadas o dibujadas. Es, asimismo, una memoria primigenia la que discretamente invade pinturas y grabados del artista con sus figuras de fauna campestre, en la que predomina el ícono de las aves de corral, particularmente, las cabezas de gallos, y las efigies de caballos.

Eddie Martínez oficia su arte figurativo como un conjuro de su intensa vida imaginativa, que contrasta con la casi secreta presencia del hombre en la escena artística mexicana. En un medio en el que los artistas suelen a veces figurar más que sus creaciones, Martínez se desvanece tras de sus creaciones, elude la publicidad personal y permite que su obra hable elocuentemente sin necesidad de pronunciar palabra alguna.

Es un acontecimiento singular, por tanto, el retorno de la producción pictórica de Eddie Martínez a un espacio museístico, con un conjunto de obra reciente al que suma obras de su producción histórica. Es la oportunidad de aproximarse al poderoso talento creativo de uno de los pintores oaxaqueños más importantes de una generación que ha destacado por su presencia en galerías, centros culturales y museos de América. El refinamiento de su trabajo proyecta un oficio estético que espera ser colocado dentro de la tradición plástica oaxaqueña que arranca con Armando García Núñez, prosigue con Rodolfo Morales y no concluye, sino que se multiplica para diversificarse desde 1974 en las producciones del Taller Estatal de Artes Plásticas “Rufino Tamayo”, en el cual se formó Eddie Martínez.